La Santa Espina cuenta con dos rutas de naturaleza que tienen como punto de partida y de llegada el monasterio, y que el visitante podrá recorrer en cualquier época del año. En ambas se puede disfrutar de la biodiversidad del paisaje y del contraste de la arquitectura popular de época monacal y de la época de colonización.
El Camino de la Granja es un sendero circular que discurre en dirección a San Cebrián de Mazote. Recibe su nombre de un edificio de piedra, de época monacal que se puede visitar en este recorrido. A este edificio le atribuyen distintas funciones, la más popular que fuese la Casa del mayordomo de labranza. A lo largo de sus ocho kilómetros, de escasa dificultad, se recorren dos hermosos valles: el Bajoz y Sobravíos, parte del monte de La Santa Espina y el páramo. Es frecuente la presencia de aves rapaces, y por la primavera resaltan los almendros en flor. Allá por el verano pastan las ovejas y por el otoño los piñeros recogen el fruto en las laderas del valle. A lo largo de todo el recorrido se observan construcciones agrícolas de época de colonización: fuentes, puentes, acequias y casetas de riego.
Para recorrer La Senda del Pantano I hay que partir del Monasterio y caminar en dirección a la localidad de Castromonte. Son 9 kilómetros de camino que discurren entre el páramo, el monte y el valle que describe el río Bajoz. El hito más relevante de esta senda es el embalse, un lugar al abrigo del monte, rico en especies animales (galápagos, fochas, garzas….) y vegetales (carrizos, juncos, eneas…). Otros lugares especiales son el arenal (hábitat de los abejarucos. Este espacio es popularmente conocido por ser el lugar escogido por Félix Rodríguez de la Fuente para la grabación del documental de estas aves). Los viñedos y la cuesta de la nevera. En este camino contrasta la arquitectura de época monacal (molino hidráulico del pantano, recientemente recuperado), y los restos de ingeniería de colonización (casetas de riego, acequias…).