El pueblo de La Santa Espina se diferencia del resto de pueblos castellanos tanto en su construcción como en su distribución. A lo largo de sus dos calles y en sus plazas siempre hay algo que destacar, y alguien a quien recordar: vecinos de la localidad, artistas castellano-leoneses… La Plaza de San Isidro recibe este nombre del patrón de la localidad: San Isidro Labrador. Es un pequeño y alegre rincón que siempre encontrarás decorado con plantas. También es una parada precisa durante la procesión del día de San Isidro. En esta procesión, encabezada por el párroco y seguida de todos los vecinos del pueblo, el santo es portado por los cofrades para bendecir los campos. Otro rincón reseñable es la plaza de San Roque. Adquiere este nombre por ser el lugar donde antaño se celebraba la tradicional hoguera y posterior merienda entre los vecinos del pueblo.